En el marco de la Campaña Nacional “México Sin Tortura” 2025, impulsada por la Secretaría de Gobernación a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración, la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), por medio de la Unidad de Bienestar Universitario que tiene a bien dirigir la Dra. Sofia Angulo Olivas, dio inicio al Ciclo de videoconferencias virtuales “Por un México sin tortura”, dirigido a la comunidad universitaria y al público en general.
Este espacio de análisis y sensibilización tiene como propósito informar, reflexionar y fomentar una cultura de paz, justicia y respeto a los Derechos Humanos, mediante el abordaje multidisciplinario de la tortura en México: sus consecuencias, mecanismos de prevención y denuncia.
La primera videoconferencia, titulada “El impacto psicológico de la tortura: más allá del dolor físico”, fue impartida este día por la M.C. Diana Sugey Mendoza Cital, Coordinadora del Área Psicológica de la Unidad de Bienestar Universitario. Su intervención tuvo como objetivo principal explorar cómo la tortura afecta profundamente la identidad, la dignidad, la memoria, la confianza interpersonal y el sentido de sí mismo, incluso después de que las heridas físicas han sanado.
Durante su exposición, la especialista abordó la tortura no solo como una manifestación de violencia física, sino como una experiencia devastadora en términos psicológicos, sociales e identitarios. Se analizaron las intenciones que subyacen a este acto —como quebrar la voluntad, infundir miedo o silenciar voces— y sus formas más comunes: física, psicológica, sexual y simbólica.
Asimismo, se expusieron los efectos emocionales y trastornos frecuentes que sufren las víctimas, tales como el trastorno por estrés postraumático, la depresión, la ansiedad y la disociación. Se hizo énfasis en el daño que estas prácticas generan en la identidad personal, en las relaciones sociales y en el entorno comunitario y transgeneracional.
La M.C. Mendoza Cital también subrayó la importancia de un acompañamiento ético y efectivo, basado en un enfoque trauma-informado, la escucha compasiva y el uso de terapias especializadas. Finalmente, llamó a la construcción de una sociedad que no guarde silencio ante el sufrimiento de las personas que han sido víctimas de tortura, y que impulse el reconocimiento social e institucional, así como el acceso real a la justicia.
Con este tipo de actividades, la Unidad de Bienestar Universitario reafirma su compromiso con la formación de una ciudadanía crítica, informada y comprometida con los derechos humanos, contribuyendo activamente a los esfuerzos nacionales por erradicar la tortura en México.